El tutorado del Lisianthus forma parte de su cultivo para flor cortada. Una técnica esencial para el soporte físico que se le brinda al cultivo. Su misión es la de evitar que sus tallos florales se encamen debido al peso de sus múltiples flores, especialmente a medida que estas se desarrollan.
Un tallo doblado o que ha estado en contacto con la humedad del suelo no solo pierde su atractivo estético, sino que también disminuye su valor comercial y su vida en florero, quedando fuera del mercado.
El tutorado del Lisianthus, por tanto, no es un gasto, sino una inversión que garantiza tallos rectos, fuertes y de primera calidad, optimizando así la rentabilidad de la cosecha. Además, al mantener las plantas erguidas y separadas, se favorece una iluminación mayor en toda la planta y una mejor circulación del aire, lo que reduce el riesgo de enfermedades que proliferan en ambientes húmedos y densos.
Mallas agrícolas para el entutorado del Lisianthus.
Para el Lisianthus durante su cultivo para flor cortada, la herramienta más común y eficaz para el tutorado son las mallas de entutorado.
Estas se utilizan desde el comienzo del cultivo por varios motivos. Entre ellos, para evitar daños en los tallos y hojas de la planta durante su colocación, una vez que estas plántulas ya han adquirido cierto tamaño. Además, colocadas desde el principio, ayudan a establecer mejor el marco de plantación.
Una vez preparada la base de plantación, se recomienda colocar ya las mallas de enturorado. Varias, porque se irán subiendo durante el cultivo dejándolas a cierta altura para guiar mejor sus tallos.
Catálogo de mallas de tutorado para el Lisianthus.
Nuestras mallas de entutorar Nutriflor son de multifilamento de poliamida (nylon) o monofilamento de polietileno, estando disponibles en color gris y negro.
En cuanto a sus modelos, están disponibles en bobinas con 5 cuadros de 20×20 centímetros, 7 cuadros de 20×20 y 25×25, y de 10 cuadros de 20×20 y 22×22.
La elección del tamaño del cuadro dependerá tanto de la variedad como de la densidad de plantación, buscando un equilibrio que permita el paso del tallo sin dañarlo, pero ofreciendo un sostén firme. Estas se instalan de forma horizontal sobre la cama de cultivo, apoyadas por postes o tensores laterales.
El manejo de las mallas de entutorado según crece la planta.
El trabajo con las mallas de soporte es un proceso dinámico que acompaña el crecimiento del Lisianthus. Se comienza con una primera capa de malla instalada a una altura relativamente baja, justo por encima del nivel del suelo o a pocos centímetros de este, antes o inmediatamente después de la plantación.
A medida que las plantas elongan sus tallos, se debe ir levantando capas sucesivas de malla, a intervalos de unos 15-20 centímetros de altura, dependiendo de la velocidad de crecimiento de la variedad y la longitud final deseada del tallo.
El objetivo es que cada nuevo nivel de capa de malla tutore los tallos emergentes, obligándolos a crecer de forma vertical a través de los cuadros. Hay que destacar la importancia de realizar estas elevaciones a tiempo, antes de que los tallos se doblen o se entrecrucen excesivamente, lo que dificultaría su manejo a la hora de la recolección y podría causar daños.
Este seguimiento constante y la adaptación del soporte al desarrollo de la planta, aseguran que cada tallo de Lisianthus alcance su máximo potencial de rectitud y calidad, facilidad de cosechado y mejor precio en el mercado.