Las mallas agrícolas para delimitación de campos también ejercen la función de cortavientos y, por lo tanto, de protección para obtener mejores cultivos y cosechas.
Centrados en el cerramiento o delimitación de parcelas, el uso de estructuras metálicas para la sujeción de mallas agrícolas es de las mejores opciones, sobre todo comparado con otros sistemas como, por ejemplo, setos vegetales o paredes de obra, porque ambos proyectan sombras que afectan al buen desarrollo de las plantas en cultivo lindantes y además restan en mayor o menor medida, terreno de cultivo.
Para el cerramiento o delimitación de parcelas, una malla cortavientos de densidad media-alta (alrededor del 50 a 70 %) es ideal. No solo cumple una función de barrera física, sino que también ofrece privacidad y reduce la entrada de polvo y la deriva de tratamientos fitosanitarios de fincas colindantes.
Nuestras mallas agrícolas Nutriflor están diseñadas para resistir la intemperie durante años, siendo una inversión mucho más duradera que otras soluciones temporales.
Mallas agrícolas para delimitación de campos y cortavientos.
Como decimos, además de la funcionalidad para delimitar campos, estas mallas también cumplen la función de pantalla cortavientos, siendo una de las preguntas frecuentes ¿qué altura debe tener estas pantallas para ser efectiva? Como respuesta, la regla de oro es que una malla cortavientos protege eficazmente una distancia de hasta 10 veces su altura. Por ejemplo, una pantalla de 3 metros de altura ofrecerá una protección significativa en una franja de hasta 30 metros a sotavento.
En cuanto a la altura ideal, dependerá del cultivo: para hortícolas pueden bastar 2-3 metros, mientras que, para plantaciones de frutales como almendros, pistachos o cítricos, se recomiendan alturas de 4 a 6 metros.
Características técnicas de las mallas de cerramiento o mallas de ocultación agrícola.
Respecto a las características técnicas de las mallas de cerramiento, también denominadas mallas de ocultación agrícola, matizar que no todas las mallas son iguales.
La elección del material y la tecnología de fabricación determinan su eficacia y, sobre todo, su durabilidad. En Nutriflor, nos especializamos en dos tipos de mallas técnicas, ambas perfectamente válidas, si bien deben ser elegidas en función del propósito buscado.
Una son las mallas tejidas tipo Raschel, una de las soluciones por excelencia para esta aplicación. El tejido Raschel es un tipo de red sintética, generalmente de polietileno de alta densidad (HDPE), fabricada mediante un proceso de punto por urdimbre que consigue una estructura abierta y transpirable.
Y otra es el tipo denominado malla de monofilamento. En este caso, es un tejido hecho con un solo hilo de polietileno, diseñado especialmente para proteger cultivos de factores climáticos como el sol, el viento y las plagas.
En ambos casos, su función principal es controlar la cantidad de luz que reciben las plantas, reducir el estrés térmico, y crear un ambiente de crecimiento más uniforme y protegido.
Como avanzamos, fabricamos nuestras mallas con Polietileno de Alta Densidad (HDPE) virgen que garantiza una resistencia mecánica superior. Además, todas nuestras mallas reciben un tratamiento de protección contra los rayos ultravioleta (anti-UV), esencial para evitar la degradación por el sol y asegurar una vida útil de muchas campañas agrícolas, incluso en las condiciones más extremas de la península.
Respecto a su porosidad (densidad del tejido), es uno de los factores más decisivos. Una malla cortavientos ideal debe tener una porosidad de entre el 40 % y el 60 %. Esto significa que frena entre un 40 % y un 60 % del viento. Una densidad mayor puede crear un «efecto vela» y turbulencias perjudiciales.
Y sobre su gramaje, expresado en g/m², es un indicador directo de la robustez y durabilidad de la malla. Un mayor peso por metro cuadrado implica más material y, por tanto, una mayor resistencia a la tensión y al desgarro, factores clave en una estructura sometida a la fuerza constante del viento.
Cómo debe ser una estructura para las mallas de cerramiento.
Una malla de la más alta calidad para cerramiento necesita una estructura a su altura para ofrecer un rendimiento óptimo durante años.
Esta se compone de una estructura portante en la que intervienen postes, anclajes, cables y tensores básicamente. Los postes de acero galvanizado son una de las opciones más duraderas y resistentes, mientras que los de madera tratada en autoclave son también una excelente alternativa, integrándose mejor en el paisaje.
Los postes de los extremos y esquinas (postes de anclaje) deben estar especialmente reforzados, a menudo con un puntal o anclados a un «muerto» de hormigón en el suelo.
Sobre el tensado mediante cables deben instalarse al menos tres líneas de cable de acero galvanizado o hilo de poliéster de alta resistencia a lo largo de la estructura (arriba, en medio y abajo). La malla se «coserá» o sujetará a estos cables para distribuir la tensión de manera uniforme.
Respecto a los tensores, deben colocarse en los extremos para poder ajustar la tensión de estos de forma periódica.
Para la fijación de la malla, los accesorios marcan la diferencia. Y aquí es donde la gama de accesorios para el atado y sujeción de Nutriflor entra en juego. Utilice nuestros clips de fijación específicos, bridas de alta resistencia con protección UV o alambre plastificado para unir la malla a los cables de tensión. Recordemos que, una sujeción deficiente es el principal punto de fallo de una instalación.
En Nutriflor, no solo le proporcionamos mallas fabricadas bajo los más altos estándares de calidad europeos. Ponemos a su disposición décadas de experiencia asesorando a agricultores de frutales, hortícolas y floricultura.
Si necesita un estudio para su proyecto o no está seguro de qué densidad o altura elegir, contacte con nuestro equipo técnico y analizaremos sus necesidades y le ofreceremos la solución para delimitar su campo o cortavientos que mejor se adapte a su cultivo y a su finca.